El Atlético sale con vida de un atraco
Gana en San Mamés tras un escándalo arbitral de Figueroa Vázquez y Estrada Fernández
Anulan un gol legal a Morata, al que someten a una verdadera persecución
El bestial partido de Reinildo Mandava
El Atlético sale vivo de un atraco de proporciones bíblicas que hace callo en su relación con los árbitros y presenta su candidatura a luchar por la Liga gracias a un gol de Griezmann que ni siquiera Estrada Fernández se atrevió a anular. Gran partido del equipo en San Mamés, con un Kondogbia descomunal y un Griezmann convertido en líder indiscutible. Ha vuelto la mejor versión de los rojiblancos justo a tiempo para engancharse al Campeonato.
Álvaro Morata podrá contarle a sus nietos la historia de un arbitraje oligofrénico del que fue la principal víctima. El delantero internacional tuvo que recurrir al mayor de los controles mentales para no perder los nervios ante una persecución que rozó la indecencia. No sólo le anularon un gol legal, el segundo esta temporada en el norte de España tras el de San Sebastián, sino que además Figueroa Vázquez permitió que la defensa del Athletic cometiera sobre él todas las faltas que quiso. El recital acabó con el madrileño amonestado, aunque pese a todo aún tuvo tiempo de regalarle el gol de la victoria a Griezmann tras un pase magistral.
El Atlético mostró las garras por primera vez en un contragolpe que obligó a Yeray a emplearse a fondo para evitar el remate de Morata, pero la respuesta del Athletic fue inmediata. A los cuatro minutos la defensa rojiblanca se comió la marca de Iñaki Williams en el saque de una falta lateral y el delantero, totalmente solo, cabeceó fuera en el área pequeña. Los gritos del Cholo se oyeron hasta en Barakaldo.
Lejos estaba Simeone de imaginarse que en cuestión de segundos pasaría del enfado a la más profunda impotencia. A los 10 minutos un pase largo de Nahuel lo peleó Morata con Yeray, que resbaló y se cayó en la carrera. El madrileño se quedó solo ante Unai Simón, lo regateó y marcó un golazo. Un golazo que ensució de manera lamentable el VAR interpretando que en el forcejeo de los dos jugadores había habido falta del delantero. Figueroa Vázquez se prestó a la farsa promovida por Estrada Fernández y anuló lo que había sido un tanto legal. Otra más en la interminable lista de errores arbitrales en contra del Atlético. Éste, si cabe, mucho más escandaloso.
Indignado, el equipo se comió la rabia de ser víctima de otra injusticia y se negó a rendirse. Incluso cuando minutos más tarde el VAR, escrupuloso para detectar cualquier mínimo contacto entre Yeray y Morata, se dio la vuelta ante una carga de Lekue a De Paul en el área del Athletic. Con Griezmann como indiscutible líder, el Atlético llevó el dominio del partido y redujo al Athletic a la intermitencia de un contragolpe. La primera parte se agotó sin oportunidades, pero con la sensación de haber hecho un buen trabajo. Un trabajo arruinado por Figueroa Vázquez y Estrada Fernández.
Pero ni siquiera la pareja de los horrores pudo evitar que en el arranque de la segunda parte el fútbol le devolviera al Atlético lo que le habían arrebatado los árbitros. Morata tiró un desmarque de ruptura hacia la banda derecha, retrasó el balón al corazón del área y allí apareció Griezmann para resolver con un toque sutil ante Unai Simón. Un gol ante el que esta vez Estrada no pudo encontrar ningún pretexto. El 0-1.
El Athletic se tiró a tumba abierta a por el empate, pero quien estuvo de nuevo más cerca del gol fue el Atlético con una volea de Griezmann que se fue fuera cuando estaba solo en el área. Todo parecía controlado, pero nunca hay que dar nada por descontado cuando se trata de este equipo. A los 67 minutos Oblak no soportó el dolor causado por un choque anterior ante Berenguer y pidió el cambio. Grbic entró en el partido y de paso le acompañaron Correa y Saúl para sustituir a De Paul y a un Morata al que Figueroa Vázquez tenía desquiciado. Poco antes había sido Valverde el primero en efectuar un movimiento dando entrada a Raúl García por Muniain.
Grbic resultó ser providencial en la victoria con dos manos prodigiosas en los momentos finales del partido porque ninguno de los suplentes del Atlético salvo el portero croata estuvo a la altura y eso propició el arreón final de un Athletic al que Figueroa Vázquez se empeñó en meter en el choque señalando como penalty en el minuto 90 un despeje con la cara de Reinildo. Muy a su pesar Estrada Fernández tuvo que corregirle, confirmando una victoria épica rojiblanca ante un rival que no dejó de buscar el empate en los 100 minutos que duró el encuentro.